Esta semana nos hemos encontrado con uno de los casos más curiosos y espeluznantes de nuestra larga trayectoria reparando coches. Un cliente, que hacía mucho tiempo que no venía por el taller, llama y nos cuenta que tiene un problema bastante extraño con su Toyota Corolla Verso, que a veces, cuando mueve el volante de la dirección hacia un lado, de repente y con fuerza, como si estuviera poseído, gira hacia el otro.
Hace unos pocos meses, Claudia, una malagueña estupenda residente en Valencia, me llamó por teléfono porque iba comprarse un coche de segunda mano y, vista la fama que tiene el sector, quería un poco de ayuda para no meter la pata y hacer las cosas de forma correcta y con tranquilidad. Así comenzó una historia en la que pasaron muchas cosas y que duró hasta casi navidades.
Desde hace unos 15 años los fabricantes generalistas comenzaron a incorporar en los vehículos el volante de motor de doble masa o volante bimasa, y esto tuvo como consecuencia que la factura por el cambio del embrague se incrementara considerablemente, así como el disgusto de la clientela, alarmada por el precio de algo sobre lo que rara vez había oído hablar.
Hace 7000 años, alguien, probablemente un alfarero de Mesopotamia, tuvo la feliz idea de insertar un palo en un disco de madera, inventando así una de las máquinas fundamentales en la historia de la humanidad, la rueda. Tuvieron que pasar miles de años hasta su incorporación en los medios de transporte, y con esto y muy poco a poco, fueron produciéndose innovaciones como los radios, que la hicieron más ligera; la colocación de una cinta metálica en la circunferencia, que la hizo más resistente; o la incorporación de un rodamiento construido con cilindros de madera, para hacerla más eficiente.
Conforme pasa el tiempo, la Unión Europea establece mayores límites a la contaminación que producen los coches al circular, y esto obliga a los fabricantes de automóviles a instalar dispositivos que consigan cumplir con estas exigencias. La válvula de recirculación de gases de escape (EGR) y el filtro de partículas diesel, DPF o FAP (Diesel Particle Filter o Filtro Anti Partículas) son artefactos que inciden positivamente en el medio ambiente y en nuestra salud, pero que por contra, causan muchos disgustos a l@s clientes, por sus averías. Tanto es así, que el que escribe, se ha convertido en un gran fan de los motores gasolina, porque no suelen tener estos componentes que se estropean con demasiada frecuencia. Se podría decir que la tecnología que hay detrás de estos sistemas no está a la altura de las circunstancias, y que los fabricantes van a trancas y barrancas intentando contaminar menos, aunque sea con lo primero que tienen a mano.
El día en que me di cuenta de que utilizando el coche de una determinada forma podía hacer 200 kilómetros más con cada depósito, pensé en la cantidad de dinero que hubiera ahorrado en los últimos años. Eso fue suficiente para cambiar de manera definitiva la forma de conducir e incluso de pensar. Tengas el coche que tengas, seguro que puedes ahorrar si estás dispuesto a cambiar de la competición de llegar antes, a la competición de consumir lo menos posible.
Más vale una consulta de más que de menos.
¿Crees que a tu coche le pasa algo y no sabes si es normal? ¿Tiene una avería y no sabes por dónde empezar? ¿Escuchas un ruido al circular y no sabes si es importante? ¿Necesitas una segunda opinión? ¿Consejo? ¿Ayuda? Haznos una consulta antes de que sea demasiado tarde, es gratis.
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